lunes, 24 de mayo de 2010

SEÑOR, BENDÍCENOS




SEÑOR, BENDÍCENOS Señor, bendice mis MANOS para que sean delicadas y sepan tomar sin jamás aprisionar, que sepan dar sin calcular y tengan la fuerza de bendecir y consolar. Señor, bendice mis OJOS para que sepan ver la necesidad y no olviden nunca lo que a nadie deslumbra; que vean detrás de la superficie para que los demás se sientan felices por mi modo de mirarles. Señor, bendice mis OÍDOS para que sepan oír tu voz y perciban muy claramente el grito de los afligidos; Que sepan quedarse sordos al ruido inútil y la palabrería, pero no a las voces que llaman y piden que los oigan y comprendan aunque turben mi comodidad. Señor, bendice mi CORAZÓN para que sea templo vivo de tu Espíritu y sepa dar calor y refugio; que sean generosos en perdonar y comprender y aprendan a compartir dolor y alegría con un gran amor. Dios mío, que puedas disponer de mí, con todo lo que soy, con todo lo que tengo.